viernes, 7 de octubre de 2011

GIGANTES DE ACERO (REAL STEEL)







Por Fabián Quezada León
Fotos DreamWorks
Charlie Kenton (Jackman) es un boxeador retirado, cuyos días de gloria en el boxeo terminaron entre otras cosas porque ahora (en un futuro cercano) las peleas boxísticas son realizadas por bots que realmente pueden destrozar al oponente en el ring. (Materialmente hacerlo pedazos).
Charlie que además de todo es un poco sinvergüenza y al cual el dinero siempre le hace “ojitos”, va por ahí manejando robots de pelea con los que entre apuesta y salir corriendo antes de que le cobren una derrota inesperada, ha podido sobrevivir. Un buen día le llega una noticia, una exnovia ha muerto y le ha dejado un encargo, Max (Dakota) un hijo que tuvo de él y que ahora tiene 11 años. Obvio es una situación en la que Charlie, especialista en no tomar responsabilidades, no sabe manejar… al menos hasta que nota que los familiares de su ex, son ricos. La suerte parece sonreírle, una inusitada oportunidad para hacer dinero se le pone enfrente, pero resulta que el niño en cuestión va a ser más testarudo y posee todas sus habilidades heredadas y amplificadas. Esta situación los lleva a pasar un tiempo juntos en el que van a descubrir, el lazo que los une, su afición por las peleas de Robots y que cuando se trata de negocios cada uno compite por superar al otro.
GIGANTES DE ACERO es una cinta que a pesar de retomar el tema padre e hijo (como ya lo había hecho el campeón o Luna de papel en la década de los 80’s y 70’s) le da un nuevo giro agregándole a el consabido asunto dulzarrón de la relación filial, la tecnología para crear efectos especiales y llenar de adrenalina escenas de lucha de robots donde materialmente las cabezas rodarán.
La cinta es divertida y emocionante, efectos, peleas, apuestas, y un antihéroe al resulta difícil de resistirse dada la innegable química para el mal que poseen Jackman y Dakota. En varios momentos la super energía infantil (aumentada por azúcar y cafeína) y la testarudez, dejan frito a cualquiera. Pero luego llega Hugh y llena la pantalla de ese cinismo disfrutable de los pillos con encanto que se le dan tan bien y uno se engancha a la historia. (Además las peleas en el ring son increíbles)
Basada en una historia original del mismo autor de Soy Leyenda, Richard Matheson, se adapta a esta superproducción donde la mano de Spielberg esta omnipresente. El trabajo del director, Levy, (el mismo que nos diera por ejemplo Una noche en el museo) denota su conocimiento del arte de la pantalla verde y en verdad la presencia de las moles de acero es espectacular y sus acciones, más que ser una serie de repeticiones mecánicas es un fluido movimiento casi humano perfectamente sincronizado para que al momento de la verdad, (cuando Hugh hace boxeo de sombra con Atom, demostrando todo lo que aprendió con el campeón Sugar Ray, lleguemos a una dinámica y el clímax de la pelea que toma un ritmo emocionante, sincrónico y disfrutable).
Sí, tal vez existan los típicos momentos de “ok, puedes derramar una lagrimita aquí” pero las cantidades de violencia mecánica y de pelea son cien por cien disfrutables y compensan la miel.
Evangeline Lilly esta sexy, inteligente (ella sabe componer robots!) y además con su aspecto de chica de al lado llena de un glam rudo esta historia donde se da una conjunción entre acción, y cinta Disney (netamente enfocada a la familia)

Dirección: Shawn Levy
Reparto: Hugh Jackman, Dakota Goyo, Anthony Mackie, Evangeline Lilly, Kevin Duran
País: Estados Unidos
Año: 2011
Género: Acción Aventura, Drama
Duración: 127 minutos
Clasificación Toda la familia (Acción, con violencia mecánica)
Fecha de estreno En México: 7 de Octubre

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