martes, 26 de febrero de 2013

MARÍA VICTORIA Y EL ARTE DE LA SEDUCCIÓN.



Hoy la actriz y cantante celebra ocho décadas de vida.
Cuidadito, cuidadito es el nombre del documental homenaje, realizado por Sergio Muñoz, con la producción de la Filmoteca de la UNAM.
Este filme se presentará el próximo 28 de febrero en el Auditorio Bernardo Quintana, en el marco de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Su figura y belleza cautivó a todos, sus vestidos entallados de sirena marcaron una época y revolucionaron las normas del México de los 50, y a través de su voz conquistó al público, eran los tiempos del poderío del bolero y el romanticismo tropical.

Fue el 26 de febrero de 1933 cuando María Victoria Cervantes Cervantes nació en Guadalajara, Jalisco. Seguramente, nunca imaginó que desde su debut, en la Carpa México de Monterrey, iniciaría una de las más fructíferas carreras de la escena artística en el país.
De sus tías, cantantes de opereta y zarzuela, aprendió la pasión por los escenarios. Famosa por su silueta y sus vestidos que robaban el aliento, María Victoria jamás perdió el rumbo, hizo del cine el medio que la inmortalizó en innumerables películas, pero también exploró el teatro y  la televisión. A la fecha es una de las más queridas y respetadas estrellas en México.

Fue el empresario Félix Cervantes quien invitó a la actriz a la Ciudad de México para que debutara en la capital en el legendario Teatro Margo, lo que es hoy el Teatro Blanquita.

De la mano de los directores Ramón Pereda y Ramón Peón realizó el filme Canto a las Américas en 1942, donde daba vida a Guillermina primer personaje que enmarca su trayectoria cinematográfica.

Después siguieron filmes como Mientras el cuerpo aguante, Cupido pierde a Paquita, Los paquetes de Paquita y Solamente una vez, por nombrar algunos títulos de su filmografía. Su calidad histriónica la llevaría a trabajar también en España.

Llamada La belleza sin tiempo, María Victoria no resume su carrera a la escena cinematográfica, ya que también su singular voz y el matiz de sus interpretaciones le hicieron grabar cerca de quinientos temas, por lo que cuenta con aproximadamente 100 álbumes, además de que grabó en discos de 78 revoluciones y fue pionera de los discos de 33.

Como lo dijo alguna vez Agustín Lara: “María Victoria, voz que se vuelve carne y perfume al mismo tiempo”.

Una de sus actuaciones más importantes en la televisión fue en La criada bien criada, como Inocencia, serie de televisión que más tarde tendría su versión para el celuloide.

Tal vez, el mejor regalo que recibirá este 2013 María Victoria será la presentación del documental Cuidadito, cuidadito, el cual produjo la Filmoteca de la UNAM como un tributo a su carrera, el próximo 28 de febrero en el Auditorio Bernardo en el marco de la Feria Internacional del Libro del Palacio Minería.

El documental, dirigido por Sergio Muñoz, ofrece una reconstrucción por la carrera de María Victoria como cantante y su paso por el celuloide, pero al mismo tiempo brinda una visión sociológica del México de los años 50, además de contar con los testimonios de los especialistas Jaime Almeida e Iván Restrepo, así como la participación de Yolanda MontesTongolele, una de las compañeras y amiga entrañable de la intérprete de Estoy tan enamorada.

A través de este material, de una hora y diez minutos de duración, María Victoria comparte algunos de sus espacios íntimos como su guardarropa en donde mantiene la mayoría de sus icónicos vestidos, con los que ha deslumbrado a lo largo de su carrera y convocado incluso a la censura de parte de la liga de la decencia, explica el cineasta.

Para elaboración del documental, Sergio Muñoz recuerda que la actriz estaba dando las últimas funciones de la obra de teatro Perfume de gardenias en la que da muestra de sus dotes interpretando dos de sus principales éxitos, Cuidadito Estoy tan enamorada.

El realizador de películas como Luces de la Noche destaca que el documental también muestra la faceta espiritual y la constante búsqueda de la actriz por la divinidad.

Uno de los temas que adicionalmente reconoce más importante Sergio Muñoz en su película es la recuperación de la memoria musical del siglo pasado en el que México se convierte en la capital de grandes maestros latinoamericanos como Dámaso Pérez Prado, Mario Ruiz Armengol, Juan García Esquivel, Luis Alcaraz, y Mariano Mercerón, y todos ellos llegaron a acompañar a María Victoria ya fuera en el cine o en sus recitales.

Lo que inició como un mediometraje, afortunadamente dio suficiente material para convertirse en un largo, el cual requirió de una ardua labor de investigación; así como una complicada recuperación y restauración de ciertos materiales por parte de la Filmoteca de la UNAM.

La pericia de Muñoz en este tipo de materiales ya había sido puesta a prueba con el documental A Escena, que da cuenta de los últimos momentos del director nacido en Polonia y naturalizado mexicano, Ludwik Margules.

Con esta experiencia el cineasta comenta que le gustaría hacer un nuevo filme documental, pero esta vez sobre la vida de Yolanda Montes Tongolele, con quien ya ha hablado de esta posibilidad.

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