viernes, 15 de febrero de 2013

PÁJARO AZUL: LLENA DE POESÍA Y MAGIA.


Basada en la obra teatral del mismo nombre, Pájaro azul, del director belga, Gust Van den Berghe, obtuvo una Mención Especial en el Festival Internacional de Cine de Flandes, en Bélgica. Inspirada en el libreto de Maurice Maeterlink, la película narra la historia de dos niños, Bafiokadié y su hermana Téné, quienes emprenden la búsqueda de su mascota, un ave azul, que dejaron escapar por distracción. Durante su trayecto se encuentran a sus abuelos difuntos, afrontan al Espíritu del Bosque y oyen al Amo de los Placeres, quienes les cuentan una historia sobre la vida y la muerte.

Filmada completamente en Togo, África occidental, con actores no profesionales del pueblo de Tamberma, la cinta recrea una atmósfera irreal y mágica con tintes de fábula infantil gracias al filtro azul que emplea Van den Berghe.
En palabras del director, “la interpretación que le da al libreto teatral es propia, pues lo que para Maeterlink es una búsqueda de la felicidad, para mí es, más bien una pérdida de la inocencia”.

A esta cinta le precede la reconocida ópera prima del director, ¿Y dónde está la estrella que se quedó callada?, conocida como  Pequeño Niño Jesús de Flandes que tuvo gran recibimiento en los festivales de Cannes, Flandes, Atenas y Múnich, entre otros.

Pájaro azul fue exhibida por la Cineteca Nacional en su 32 Foro Internacional y se estrena a partir del próximo 15 de febrero en salas de este recinto y en Cinemanía Loreto, para más tarde presentarse en el Cine Lido y en el Cine Teresa. Cabe destacar que la Cineteca Nacional adquirió los derechos de Pájaro azul con la finalidad de continuar ofreciendo lo mejor del cine nacional e internacional al público, así como fortalecer el circuito alternativo de exhibición.

El crítico de cine del periódico La Jornada, Carlos Bonfil escribió el siguiente texto sobre la cinta el 27 de mayo de 2012:

Pájaro azul, del realizador belga Gus Van den Berghe (El Niño Dios de Flandes, 2010), es una alegoría sobre la vida y la muerte filmada enteramente en África Occidental, en el poblado togolés de Tamberma, hablada, y habría que añadir cantada, en francés y dialectos locales, interpretada por dos hermanos pequeños, la niña Tené, de 9 años, y el simpático y malicioso Bafiokadié, tres años menor. El argumento, tomado muy libremente de la obra teatral del también belga Maurice Maeterlinck, describe la búsqueda que emprenden los dos niños de un pájaro azul, mascota familiar, que por distracción han dejado libre.

A la carga simbólica que tiene el ave en la obra de Maeterlinck, símbolo de libertad y de pureza, muy peculiar por su contraste colorido con todos los plumíferos blancos que le rodean, el director belga añade el surrealista itinerario infantil por la sabana africana y su contacto con seres pintorescos y extravagantes, personajes clave en ésta su primera educación sentimental.

El primer contacto importante es con los abuelos fallecidos que tranquila y alternadamente celebran en un extraño canto a la vida y su conclusión inevitable. Los niños ven también pasar a lo lejos un camión que transporta a una familia entera, sobrevivientes al parecer de un gran desastre que acabó con sus moradas, sin poder discernir si la algarabía que escuchan es un música festiva o simplemente llanto.

Como en la clásica estructura de un cuento fantástico (Bruno Bettleheim, Sicoanálisis de los cuentos de hadas), los protagonistas infantiles parten en busca de un tesoro o recompensa (el pájaro azul, emblema aquí de madurez y serenidad), teniendo que atravesar por numerosas pruebas iniciáticas. Una de ellas es la confrontación con una tribu hostil que busca vengar en ellos la depredación que de sus bosques hace el padre carpintero de los niños.

La tala de árboles es presentada como una hecatombe que cercena la vida de familiares y amigos, estando en esta visión animista estrechamente confundido el ser humano con la naturaleza. El contacto más decisivo lo hacen los niños con el señor de los placeres, líder de una tribu que aboga por el hedonismo, que considera inútil la búsqueda infantil del pájaro (Si la felicidad escapa al cielo, será menester buscarla entonces en la tierra, donde los placeres son permanentes).

El director belga adopta un formato panorámico que da extensión todavía mayor a los paisajes y opta por un filtro azul permanente que crea una atmósfera irreal y mágica para la fábula infantil.

El pasmo y candor infantiles que el realizador iraní Abbas Kiarostami capturaba en su neorrealista ¿Dónde está la casa de mi amigo? o su lenta descripción de faenas áridas y rutinarias en El sabor de la cereza, la cinta Pájaro azul lo expresa con tintes fantásticos y cromatismos delicados, con uno de los niños hundiendo su rostro en matorrales mecidos por el viento que semejan en el azul de la fotografía las oleadas de un mar encrespado, ese mismo mar imposible que al final surge en medio de la tierra yerma de Togo como una revelación o un espejismo.

Dirección: Gust Van den Berghe
Guión: Gust Van den Berghe, basada en la obra teatral homónima de Maurice Maeterlink
Reparto: Bafiokadié Potey, Téné Potey, Nanty Libéria Bani, Dodji N’Dah, N’Tcha Emmanuel Sansamou
Duración: 86 min.
Se exhibe en: Cineteca Nacional

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